#DENOVIOSANOVIOS


Un espacio creado con mucho amor, junto a las parejas que me eligieron para el día más importante de sus vidas. Son muchos los sentimientos que corren por su cuerpo al planear una boda. Buscamos que disfruten de esta aventura y que puedan encontrar en otras historias la energía para seguir adelante. No están solos.

Casarse es uno de los grandes momentos en la vida, y los grandes momentos son los que dejan aprendizajes.

Decidí comprar un año antes mi vestido de novia, muchos pensaban que era apurado, pero ¡qué bueno que lo hice así! Yo soy uruguaya, mi novio argentino, y habíamos decidido comprar el vestido afuera. ¡TENIA MUCHÍSIMAS DUDAS! Y si me estafan? Y si no es el que pedí? Y si es, pero me queda mal? en fin. Una noche decidí que compraría el vestido en una página española. Lo enviamos a EE.UU a la dirección de un amigo y luego lo traería a Argentina.

A la semana el código de seguimiento decía que el vestido ya había comenzado su recorrido. Los problemas comenzaron cuando en EE.UU no hubo nadie para recibirlo, ¡y el paquete volvió a depósito indefinidamente!

Esto solo me puede pasar a mi dije. Miré a cada hora durante varios días hasta que finalmente vi el hermoso “Entregado” dije: bueno, ya nada puede salir mal, cuando mis amigos viajen lo traen y listo.


Pero todo puede pasar. Era julio y mi amigo estaba saliendo del aeropuerto, le dieron el paquete del vestido, se puso a conversar ¡¡y se lo olvidó en un mostrador!! No podía creerlo. Yo sabía que algo así iba a pasar, pero Mati me calmó, ¡¡una señora lo vio y lo devolvió!! Increíble, pero iba a tener que esperar de nuevo.


A los pocos meses, mi amiga viajó a EE.UU ¡iba a traer el vestido! Pero mi esposo vivía en la provincia de Mendoza, como a unos 1100 km de BA Así que lo tuvieron por un tiempo, hasta que otro conocido lo trajo a Mendoza. Esta persona no se pudo encontrar con mi novio, así que lo dejó a otra persona. No creo que un vestido haya viajado más que el mío definitivamente.


Finalmente, Matías lo fue a buscar. A fin de año, viajé a Mendoza, y durante los primeros dos días que estuve ahí, no quise abrirlo, ya no tenía oportunidad de reclamar, ¡me moría del miedo de que no fuera lo que esperaba! pero, decidí abrirlo.. y ¿saben qué? ¡ERA PERFECTO! ¡Mucho mejor de lo que esperaba! ¡fui muy feliz con mi vestido después de tantas idas y vueltas!


Pauli