#DENOVIOSANOVIOS


Un espacio creado con mucho amor, junto a las parejas que me eligieron para el día más importante de sus vidas. Son muchos los sentimientos que corren por su cuerpo al planear una boda. Buscamos que disfruten de esta aventura y que puedan encontrar en otras historias la energía para seguir adelante. No están solos.

Santi y yo somos de BsAs pero desde hace 3 años vivimos en España. A los meses de llegar nos comprometimos.

Empezamos a organizar una boda a distancia, ¿difícil? eso imaginábamos, pero con el paso del tiempo nos dimos cuenta que buscábamos disfrutar un momento único en el cual reencontrarnos con familia y amigos. Así planificamos un viaje a Argentina 4 meses antes de la boda con la idea de concretar todo, pero el viaje llegó y no teníamos nada… algunas citas con salones, pero ninguno nos convencía al 100%, así que pensamos que quizá debíamos postergarla.


Estando allí, por sorpresa, dimos con DERIVA, un restó frente al hipódromo de San Isidro, ideal para boda de día y lo más importante.


Al principio creíamos que lo más cómodo era comprar nuestra ropa en España, pero imaginarme el vestido de novia en la bodega del avión no me hizo mucha gracia, así que me planteé hacerlo en Argentina y así fue. Al día siguiente del salón fui a ver el vestido, cuando dije que vivía en España e iba a volver sólo una semana antes de la boda, Sol (Son Santas) me dijo que no me preocupara y 48 hs más tarde me estaba probando la base y la semana previa a la boda, el vestido terminado.


Así como Alejandro que no sólo me peinó y maquilló sino que él mismo me hizo el tocado (porque llegué a Argentina sin tocado y casi me mata… pero puso manos en la obra y lo solucionó), un genio!.


El último pilar importante para nosotros era la fotografía, necesitábamos encontrar la persona que nos retratara la boda que empezábamos a soñar, y así conocimos a Pauli, fuimos de nuevo a Deriva para verlo decorado y ella era la fotógrafa de la boda que estaba por comenzar. Hablamos rápidamente, y una vez en España charlamos y nos conocimos a través de Skype. Nos acompañó en el día de la boda y también los meses previos, prestando su ayuda para lo que fuese necesario sabiendo que estábamos lejos.


Dos semanas después de la boda nos volvíamos a España, y no sólo nos entregó su increíble trabajo en pocos días, sino que hasta el día de hoy seguimos mantieniendo el contacto. Y así fue nuestra boda a distancia... mágica!, no podíamos hacer mucho más estando lejos así que escogimos a aquellos profesionales que nos hicieron sentir que dejando todo en sus manos íbamos a vivir un momento inolvidable.


Santi & Belu.