Praga fue como viajar en el tiempo pero hacia atrás, con mas libertades. Creo que las fotos de este lugar hablan por si solas. Texturas, colores, lineas, arquitectura. Recorrimos sus calles en cuatro días. Cuatro días nublados y de lluvia, con mucho mucho frío. Entrar a algún lugar a tomar algo calentito se volvía hábito. El último día Praga nos regaló un atardecer hermoso.