Y todo empezó cuando Carlos me llamó para contarme su idea. Quería proponerle matrimonio a su novia, en un viaje de amigos en Bariloche.
- ¿Pero, cómo hacer para que no se de cuenta?
- Me hago pasar por guía turística, le dije.
Y así fue. La locación fue elegida por ella pero indirectamente -porque obvio, no sabia- Ella tenía ganas de conocer Villa Tacul y que mejor idea que hacer esta gran sorpresa ahí.
Y llegó el día, dos amigos más de este gran grupo eran cómplices de esto y fueron mi contacto dentro de este show. Llegamos, nos presentamos y empezamos a contarles un poquito del lugar. Risa va, risa viene, y le hago la seña a Carlos como diciendo, es le momento. Empiezo a sacar la cámara para hacerles una foto grupal, y veo que Carlos iba y venia. ¿Me habrá entendido? ¿Estará pronto? Y pude, se animó.
Todos se sorprendieron y fue un momento de amor compartido con sus mas íntimos.
Después de eso me presente como la persona que realmente soy, la fotógrafa y no la guía, y les pedí perdón (que puedo jurar que estudié bastante, un lugar con mucha historia) y continuamos paseando por esta pequeña bahía mientras hacíamos retratos y nos reíamos de la situación.